Sangre, sudor y Mordor

Hola, jovencitos y jovencitas. ¿Qué tal ha ido todo hoy? Seguro que bien. Vuelvo a la carga para contaros que el martes me pasé por los ensayos de la obra y (oh, santo cielo) sólo estaban Emanéms y Reto. Aun así, me quedé a ver cómo avanzaba la cosa. "Siéntate aquí", me recomendó Reto con una sonrisa que me hizo (no menos que) sospechar, "necesitamos público". Yo, como bueno mandao, me senté donde me indicaron y me dispuse a ver al Inspector Kemp explicando que "una revuelta es algoooorriiible, und...". Mientras miraba fascinado lo bien elegido que estaba el personaje, los ojos me hacían chiribitas e incluso llegué a enamorarme de Emanéms, pues lo miraba como si de una porrista se tratara (sí, uso mucho la palabra porrista, pero es que es superior a mí). En fin, que después de viajar de la mano de Emanéms por La Comarca y periferia, ¡zas, en toda la boca! Se me abalanza diciendo "derramamiento de sangre". Porras, por eso queríais que me sentara ahí, pájaros, que fui el conejillo de indias. Todo sea por el bueno resultado de la obra. Todo sea... ¡Heil, Reto!

En cuanto al día de hoy: maravilloso.

-¿Pero... dónde vas hoy?

-Nada, tengo limpieza en el local de teatro.

-Mucha mierda.

-Pues sí...

-No, que mucha suerte.

Sé que es malísimo, pero me he reído mucho al pensarlo. Aunque el rato que he estado ha sido bastante fructífero y el local parece que vuelve a ser ese espacioso lugar, había momentos de marcha y desenfreno entre disfraces, instrumentos y electrodomésticos (alguno nuevo). Casi tiro el piano al suelo al tropezar con el cable, pero Pecha y Ptolo han salvado mi pescuezo y mi bolsillo. Alfredo quería emular a su mayor ídolo (Elrond John) mientras tocaba el piano (antes de sufrir mi ataque), algún imbécil (un servidor) se probaba todo lo que encontraba, otros dormían sin escrúpulo alguno (Ichengard y Carmen como mínimo) y Bea nos sacaba las castañas del fuego. Total, un día muy ajetreado que hemos sacado adelante con risas y buen humor.

Se despide de vosotros, Billy Elliot.